Motivado Grupo de Voluntarios para Apoyar la Labor de la Casa de Niños

Por Gabriela Ortiz Díaz

Era el último día de mayo. Los niños y jóvenes de la Casa ya habían concluido el año académico en las escuelas a las que asisten. En la Casa, se celebra en comunidad ese triunfo de nuestros niños y jóvenes con un día de logros, que, además, tiene el propósito de reconocer a los menores con varios premios otorgados por la institución. El grupo de voluntarios “Unidos por amor” acompañó a los menores y al personal de la Casa en este día de festejo. Estos voluntarios se han convertido en parte del grupo de apoyo de los niños y jóvenes que actualmente residen y conviven en el hogar.

Ese día, desde temprano en la mañana, este grupo de voluntarios, en su mayoría miembros de la Parroquia San Esteban Protomártir en Toa Alta, asistieron en todo lo necesario para llevar a cabo la actividad. Gran parte de los refrigerios que disfrutaron los niños fueron conseguidos por este grupo de colaboradores, liderado por Wanda Aponte Rosado, secretaria y coordinadora de actividades en la parroquia. Además de la comida que repartieron las personas de “Unidos por amor”, estas donaron tiempo de calidad para permanecer junto a los niños y jóvenes residentes durante toda la celebración.

“Lo que nosotros ponemos para las actividades, lo conseguimos donado”, abundó Wanda Aponte sobre la labor que están haciendo en la Casa de niños desde finales del año pasado. “Hemos estado aquí ayudando en actividades como el encendido de Navidad, el almuerzo navideño, la celebración trimestral de los cumpleaños de los muchachos y el día de logros. Nosotros estamos disponibles para ayudar en lo que se nos pida”, comentó la señora Aponte Rosado, quien se siente contenta porque “los niños nos identifican, se integran al grupo y nos saludan, nos dan las gracias”.

El Padre Rodolfo Vega, director de la Casa de niños Manuel Fernández Juncos, fue el contacto inicial para que se gestara el encuentro entre miembros de la parroquia San Esteban Protomártir y el hogar de niños. Sin embargo, el gesto de querer ayudar a los menores residentes de la Casa salió de las personas que componen el grupo. “Como hemos visto el compromiso de padre Rodolfo con los niños y el trabajo de la Casa, nos hemos motivado a organizarnos como grupo”, reconoció Wanda Aponte. “Decidimos colaborar con la Casa porque queríamos impactar esta población de niños que llegan maltratados”, continuó la líder comunitaria.

Precisamente, una organización acreditada por EAGLE (como lo está la Casa) está dispuesta a recibir a la comunidad que le rodea y a involucrar voluntarios para que ayuden al funcionamiento de la misma.

“Nuestro grupo está bien motivado. O sea, que lo que la Casa de niños necesite de nosotros, lo tendrá. El trabajo que se hace en la Casa es excelente. No hay duda del amor que tienen aquí por los niños”, concluyó la líder de los voluntarios.

NOTA

La Casa de Niños Manuel Fernández Juncos es una corporación sin fines de lucro que brinda servicios de reeducación y tratamiento a las problemáticas asociadas al maltrato, abandono y negligencia a niños, adolescentes y jóvenes de Puerto Rico entre las edades de 8 a 18 años. Es un centro educativo que recién logró adquirir la acreditación de la agencia EAGLE (permanecerá hasta 2026) y que se distingue por la formación integral de los menores, basada en el programa Sicopedagógico Amigoniano (SiPA), que busca el fortalecimiento de su personalidad, potenciando la producción de sus saberes y desarrollando las habilidades sociales necesarias para formular y optar por un proyecto de vida digno y viable. Para más información y para realizar cualquier donativo económico, visite la página electrónica https://www.casadeninosmfj.org/.

SOBRE LA AUTORA

Gabriela Ortiz Díaz es reportera independiente de prensa escrita. Actualmente, también se desempeña como educadora en la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos. Obtuvo una maestría en Lingüística Hispánica en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedra y, en estos momentos, realiza un doctorado en Comunicación.