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Nuestro Orgullo

Héctor Santiago

Presidente Junta de Directores CMFJ

“En unión a mis dos hermanos estuvimos en la Casa de Niños por tres años y medio, de donde egresamos en 1959. Allí conocí a personas que no solamente se preocuparon por uno, sino que más allá de ver problemas, ven oportunidades. Aparte de los estudios, aprendí disciplina, valores éticos y morales, a asumir responsabilidades y encarar la vida desde otro punto de vida (cosas que aún conservo).”

B.A. en Contabilidad, veterano de Vietnam, ex gerente general de General Motors Acceptance, VP Senior de Auto Business Center FirstBank, Consultor independiente. 

José Silverman

A los 7 años se fugó de su casa debido al maltrato extremo y, después de estar en varias instituciones, llegó a la Casa a los 10 años. Apadrinado por uno de los miembros de nuestra Junta de Directores tiene hoy su propia empresa, emplea egresados de la Casa y ha recibido varios reconocimientos, como el Premio Ángel Ramos (Fondos Unidos), Empresario Joven del Año (Asoc. Interamericana de Hombres de Empresas) y el premio Entepreneur of the Year (Earnst & Young). 

Carlos Juan Rivera

Cuando tenía 4 años una tía se percata del estado negligente en que vivían Carlos Juan y sus hermanos. Luego de tenerlos un tiempo se los entregó a su padre biológico, pero al éste ser un hombre enfermo no podía hacerse cargo, así que en el 1997 a los 10 años ingresó en la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos donde estuvo por 9 años. 

“En la Casa aprendí a compartir y a respetar a los demás, me inculcaron disciplina y valores. Estoy muy agradecido por todo lo que hicieron por mi en la Casa; digo con mucho orgullo que yo viví en la Casa. Tuve la oportunidad de crecer en un ambiente seguro y eso vale mucho. Hoy doy gracias a Dios por haberme puesto en la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos y por haberme dado unos nuevos padres que me aman.” 

Carlos Juan se graduó de un bachillerato en Administración de Empresas con concentración en Mercadeo de la Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras, actualmente trabaja en una reconocida compañía de seguros médicos y su vez realiza una maestría en Periodismo Digital en la Universidad del Sagrado Corazón. 

Miguel Torres

“Mi vida no ha sido nada fácil, llegué a la Casa de Niños luego de haber “corrido” por más 48 hogares sustitutos desde la edad de 9 años. Estos hogares no eran lo que yo esperaba en cuanto a disciplina y respeto. No había control y definitivamente no son la mejor alternativa. En la Casa, la que considero un verdadero hogar, fue donde recibí la ayuda que necesitaba por parte de los padres. Ellos llevan al pie de la letra la filosofía de padre Luis Amigó y los padres amigonianos. Gracias a ellos soy una persona de provecho, actualmente estoy estudiando Justicia Criminal en National University College y lo más que me ha ayudado a salir hacia delante es que ellos me brindaron la confianza y la oportunidad de trabajar en la Casa ya que el padre director dice que soy un buen ejemplo para los muchachos. Trabajando en la Casa me siento útil ya que entiendo muy bien por lo que están pasando los muchos y así los puedo ayudar mejor, ya que yo pasé por eso mismo”. 

Wilnel Torres

Wilnel llega a la Casa debido a que confrontaba problemas en su entorno familiar, además su aprovechamiento académico era bajo y no tenía interés en mejorar. Vivió en la Casa durante 7  años donde aprendió a ser responsable y puntual, a respetar a sus compañeros y tratarlos con dignidad y respeto.

 

“Mi vida no fue fácil, no me acostumbraba a seguir instrucciones y me considerable una persona indiferente a las reglas. Tengo que decir que mi experiencia de vivir en la Casa cambió por completo mi forma de ver la vida; aprendí a ser independiente. Yo no sabía lo que era disciplina y menos aún seguir instrucciones. Mi educador se volvió en mi guía y mi mentor. Estos 7 años han sido una experiencia muy beneficiosa para mí, todos los días le doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de tener gente buena que me guiara en la vida. 

Siempre recuerdo cuando entré al Colegio San Vicente en séptimo grado recién operado de una de las caderas, uno de los jóvenes de la casa me esperaba por las mañanas y por las tardes para ayudarme con el bulto y a buscar y llevar la silla de ruedas en la que me movía por todo el colegio. Con el tiempo se convirtió en un hermano para mí y entendí que en la Casa éramos más que compañeros éramos hermanos”. 

Wilnel estudia para ser terapista físico y ahora trabaja en la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos como educador. 

Aaron Sostre

"Llegué a la Casa de Niños Manuel Fernández Juncos en agosto del 2007. Llegué lleno de temor pues era un entorno nuevo a lo que yo estaba acostumbrado. En eso momento la Casa de Niños estaba bajo la administración de padre Francisco. Entré en el grupo de jóvenes y descubrí que no tenía motivo de temer ya que sólo eran jóvenes al igual que yo. Nos convertiremos rápido en una familia. La Casa me ayudó brindándome una mejor educación y con ella las técnicas necesarias de disciplina para poder triunfar en la vida. Tuve la oportunidad de estudiar en el Colegio San Vicente de Paul donde cursé mis estudios superiores. Atesoro los momentos vividos en la Casa, son parte de mí y componen lo que soy hoy día. Actualmente curso mi bachillerato en Artes Culinarias y Gerencia de Hoteles en la Universidad del Este. Siempre conociendo gente nueva y siendo productivo en mi labor. Muchas de las cosas que aprendí en la casa me ayudan aún hoy día. Gracias Casa de Niños Manuel Fernández Juncos." 

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