Algunas Consecuencias Psíquicas de la Familia, en el Contexto Puertorriqueño
- casamfj
- 20 may
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 28 may

El propósito del presente artículo es aproximar al lector a la dinámica psíquica del menor que es recibido a tratamiento en casa de Niños Manuel Fernández Juncos.
“Aun antes de nacer algo cuenta, es contado y ya en ese contado, está el sujeto, solo después y en el mejor de los casos ha de reconocerse en eso, como contador.”
Historia, sujeto y herencia
El discurso científico actual con su premura de validez y evidencia, intenta responder a muchos fenómenos desde lo biológico, o desde las diferentes acepciones de la herencia genética, biológica, entre otros. Sin embargo, sin desconocer estos factores de peso, Casa de niños le da el estatuto que compete a lo que se puede llamar herencia simbólica y que se evidencia en el vínculo social del menor en el programa de vida grupal.
La herencia simbólica puede sintetizarse como aquel bagaje simbólico(historia) que determina al sujeto, la historia de familia.
La familia es definida como “Un grupo social que por lo menos posee tres características: primero, tiene su origen en el matrimonio; segundo, está formada por el marido, la esposa, los hijos nacidos y otros más; tercero, los miembros de la familia están unidos por lazos legales de derechos y prohibiciones sexuales.”
La anterior es la definición que cita Miller de la elucidación de Levi-Strauss, con el objetivo de especificarla desde el psicoanálisis, dando lugar a: “¿Qué la familia tiene su origen en el matrimonio? No, la familia tiene su origen en el malentendido, en el desencuentro, en la decepción, en el abuso sexual, o en el crimen. ¿Está formada por el marido, la esposa, y los hijos, etc.? No, está formada por el nombre del padre, el deseo de la madre, por lo objetos pequeños “a”. ¿Están unidos por lazos legales, derechos, obligaciones, etc.? No, la familia esta esencialmente unida por un secreto, está unida por un no dicho... ¿Qué es ese secreto? Es un deseo no dicho, es siempre un secreto sobre el goce, de qué goza el padre y la madre y de en qué lugar vienen los hijos para constituir estos su deseo y su goce.”
A pesar de que la familia es una de las instituciones sociales más mencionadas, polémicas e intervenidas socialmente, es del mismo modo un lugar de profundo desconocimiento científico, y una trama vincular que no es sin consecuencias y que se siguen haciendo notar desde lo más sublime hasta lo más siniestro.
La familia debe ser entendida, como un grupo social o una estructura donde hay unos roles que cumplen una función, se quiere decir con esto que no necesariamente este grupo social requiere del matrimonio, de la existencia de los padres biológicos, etc. Sino de quienes cumplen esta función; podría decirse que hay madres que son todos unos padres y padres que son todas unas madres, madres que no dan cabida a la función del padre y familias donde no existen ambas funciones; lo realmente importante es como estas funciones terminan por inscribir el deseo del pequeño sujeto(niño) a la ley o la cultura.
En la misma línea, la madre es uno de los nombres del objeto perdido. En un principio se desvincula de una parte de ella, el seno, que el niño experimenta como una parte de sí mismo y esa separación la vive como una perdida, luego la madre es perdida como objeto de goce sexual por la prohibición del incesto… otro nombre del objeto perdido es el goce. El advenimiento de los humanos como seres hablantes y deseantes implica una pérdida de goce.” Por lo tanto esa pérdida estructural, los diferentes complejos familiares, sumados al desgraciado azar de la remoción de sus hogares o familias en pro de su bienestar es vivida por el pequeño sujeto de diversas maneras, unos la desmienten, otros no la tienen, y otros no quieren saber nada de ella, fracasando en el intento y originándose allí, donde la cosa no marcha, donde el sujeto sufre, padece, una respuesta que por su carácter sorpresivo se manifiesta de manera agresiva; se puede decir que donde la cosa no marcha el sujeto no piensa y es allí donde esta y cotidianamente se observa en el amor, la sexualidad y la muerte, que a su vez son consecuencias de la perdida de goce.
Ahora bien, Si pasamos de Miller a Jacques Lacan en su corto texto, dos notas sobre el niño, identificamos entonces, que ese no dicho, ese secreto o ese deseo le da un lugar al niño, el niño como síntoma o como verdad de eso que no marcha bien en el orden humano, la falta y el deseo permiten que el niño se inscriba en la cultura de manera regular como un ser deseante y que a través de sus síntomas represente algo de ese secreto familiar. Se hace referencia a lo que podríamos denominar el niño promedio.
El niño como objeto ideal o como objeto de completud sobrevalorado, ubica al menor más allá del bien y el mal, brindándole el terreno propicio para acceder a lo que este desee sin mediación alguna, sin lugar para la falta y el deseo; La satisfacción constante del principio del placer lo pone allí donde solo queda el goce o la satisfacción sin ley, con consecuencias nefastas para el vínculo social.
El niño como objeto de desecho, brinda el terreno propicio para que la inscripción simbólica o cultural no opere como se supone, allí podríamos encontrar ciertos menores con dificultades serias para hacer vinculo social desde el autismo hasta las psicosis ordinarias y discretas.
Así pues, el sujeto se constituye a través de un deseo, un deseo de sus padres el cual es primordial para el ingreso al orden humano; si por un lado este deseo involucra de agentes a los padres que interpelan a la infancia ofreciéndole un lugar, por el otro lado, el mismo sujeto es un agente que vive diferentes dramas a través del otro familiar -sus padres-, para constituirse en humano, un ser hablante.
Podemos concluir entonces que el lugar que se ocupa en el deseo familiar repercute en la estructuración psíquica del niño y si se le suma a esto los diferentes avatares de la existencia, lo contingente, (la tyche), el accidente, la violencia, el abuso, la negligencia, el goce (satisfacción sin ley) del adulto o cuidador, las consecuencias se hacen ver en lo que se podría denominar la clínica del trauma.
El lugar del Trauma en Casa de niños
La palabra trauma es usada y abusada cotidianamente en las diversas conversaciones, dándole un significado convencional de afectación a la persona (objeto de la contingencia, o del desgraciado azar según Aristóteles) afectada-traumada como producto de una operación entre un agente (acontecimiento, accidente o acción) y un otro (el afectado u objeto del acontecimiento, accidente o acción). Sin embargo, el termino en relación a lo psíquico va mucho más allá de eso. Ya que el agente tiene una verdad y el otro, un producto o consecuencia.
El residente de casa de niños es un sujeto con historia y en pleno desarrollo físico y mental, es de recordar que dentro del perfil institucional se trata de varones entre los 8 y 17 años, su ingreso viene determinado por una legislación que lo ubica como sujeto de derechos frente a una situación de la cual fue objeto, de maltrato, abuso o negligencia, dándole el estatuto implícito o explícito de víctima, que sin duda lo es.
El trauma es un concepto de gran tamaño, sin embargo, viene del modelo médico y fue Freud quien comenzó a introducirlo en la dinámica psíquica, más precisamente hablando del trauma sexual, avanzando en su teoría hasta descubrir con un “ mis histéricas me mienten”, como relatos traumáticos eran fantasías pero no por serlas carecían de valor, todo lo contrario, la realidad psíquica del sujeto pese a que el hecho sea real o ficción, por el solo hecho de ser nombrado cobra relevancia en el orden de la realidad psíquica que permea la realidad material; adjuntando el síntoma como consecuencia del trauma y transmitiéndose esta idea como objetivo fundamental de muchas terapéuticas, tratar el trauma para aliviar los síntomas, lo cual es respetable siempre y cuando se tenga en cuenta que hay síntomas que no responden al hecho traumático y que lo que trauma no es solo el hecho sino la interpretación que el sujeto hace de ese hecho cuando encuentra los elementos de como representarlo.
Retomando, un menor que ingresa a Casa de niños ya es portavoz de un lugar sintomático en el deseo familiar, donde ha sido objeto o presa del deseo o goce caprichoso del otro, por lo tanto, trae un producto(consecuencia)de la verdad del agente(familia)que para algunos es traumática y para otros es más traumática la remoción, que la situación de la cual fue objeto, pese al malestar que se vivía en el hogar. Es de recordar que son niños y el ambiente donde se desarrollan se naturaliza como normal, pese a la disfuncionalidad.
Volviendo al trauma, en este artículo se debe entender el trauma como un acontecimiento que sobrepasa al sujeto (no tiene recursos simbólicos para responder a este), como una fractura (siempre queda algo de ese acontecimiento) y las consecuencias en la estructura psíquica que acarrean.
El trauma no se cura ni por recordarlo ni mucho menos olvidándolo, el olvido no existe, el trauma se actualiza en la repetición que fracasa y causa sufrimiento al sujeto, Lacan toma en su Seminario XI la cuestión del trauma, al encuentro en tanto que puede ser fallido, y un encuentro fallido es la repetición o el clamor de la verdad en el desierto de la ignorancia. En términos más accesibles a todos, la repetición se encuentra allí en la fenomenología de la vida grupal y el vínculo social, en las crisis habituales del residente que resaltan los escases de recursos simbólicos para tramitar situaciones algunas no necesariamente relacionadas con el trauma, pero si con el desarrollo y la estructuración psíquica.
La vida de grupo enmarca una dinámica de adjudicación y asunción de roles que ubica al residente como agente(activo) u otro(pasivo) de la acción, posiciones que son intervenidas desde la misma dinámica grupal y desde el dispositivo clínico del área de psicología. De esta manera, la vida de grupo se torna un instrumento estructurante y educativo por medio de la construcción de hábitos que anudan el deseo a la ley, interiorizando las normas básicas de convivencia afirmándose un aprendizaje experiencial para la vida en sociedad.
Renato Solorzano
Coordinador Pedagógico
Master en Salud Mental y Psicoanalisis-2010
Estudiante Practicante de la Maestría en Consejería Psicológica UAGM
Comentarios